Elinor Ostrom y «El gobierno de los bienes comunes»

viernes, 11 noviembre , 2016 - Creado por: GotelGest.Net

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En la entrada de esta semana, nos gustaría recordar  a la primera mujer premiada con el Nobel de Economía, Elinor Ostrom. Esta politóloga estadounidense fue galardonada en 2009 con este prestigioso premio por su “análisis de administración económica y la organización de la cooperación”.

Fundamentalmente su obra se basa en enfrentarse con la teoría tradicional económica en donde se establece que los recursos comunes, bosques, recursos hidrológicos, pesca…. deben estar intervenidos por el Estado para mantener su productividad, Elinor concluyó que no existe nadie mejor para gestionar un “recuso común” de forma sostenible que los propios implicados.  Rompe así con la dicotomía de la existencia de dos tipos de bienes, los públicos y privados, identificando un tercer tipo a los que denomina “bienes comunes”.

VIDA Y OBRA DE ELINOR OSTROM

La obra de Ostrom realiza una clasificación de bienes de acuerdo con dos características “exclusividad” y “rivalidad”. Conforme al enfoque tradicional de Samuelson (1954) y Musgrave (1959) la exclusión define a los bienes “privados”, son aquellos que pueden ser excluidos de su uso determinados individuos mientras que los no excluyentes los caracterizan como públicos.

La introducción del concepto de “rivalidad” identifica la existencia de bienes que pueden ser compartidos por un número limitado óptimo de individuos. Ostrom propuso un esquema en el que la “rivalidad” y “exclusividad” pueden ser analizadas de forma conjunta, algo que no permitían los modelos anteriores.

 

No Rivales o baja Rivalidad Rivalidad alta
Exclusión Difícil Bienes Públicos Puros. (Alumbrado Público) Bienes Públicos Impuros. (Bibliotecas, Sistemas de regadío)
Exclusión Fácil Bienes Privados Impuros (Telefonía móvil) Bienes privados puros (Alimentación)

Fuente: E Ostrom.

Lo novedoso del sistema es la existencia de una forma colectiva de uso de los bienes comunales en general, demostrando la existencia de una gran diversidad de sistemas de recursos naturales que son gestionados por arreglos institucionales, locales y nacionales, sin caer en la conocida “tragedia de los Comunes” Garrett Hardin 1968, situación en la que varios individuos, motivados por el interés personal actuando de forma independiente pero racionalmente, destruyen un recurso compartido limitado aunque a ninguno de ellos les convenga esta situación.

 

BIENES COMUNES  Y SU GESTIÓN

Dentro del ejercicio del derecho a la propiedad, Elinor Ostrom identificó cinco formas de realizarlo: acceso, extracción, manejo, exclusión y alineación. Gracias a esta diversidad obtendremos múltiples posibilidades para gestionar los bienes comunes.

A diferencia del “Dilema del prisionero”,(ver entrada Equilibrio de Nash), las restricciones que no pueden cambiarse en esta teoría no siempre lo son, no todos los usuarios de recursos naturales son capaces de cambiar sus restricciones. Ostrom sugiere llegar a soluciones alternativas de las planteadas por los teóricos del estado de la privatización, propone un juego donde se puedan establecer relaciones vinculantes entre los participantes que les obliguen a cumplir con lo pactado, siendo necesario para ello contar con una estructura institucional que permita la repartición equitativa de rendimientos y costes de explotación.

Ostrom muestra cómo se han desarrollado mecanismos institucionales en diversas sociedades legales o simplemente arraigados en sus costumbres que sirven para gestionar eficientemente los bienes comunes. Para ella un “Recurso de Uso Común” RUC  es “un sistema de recursos naturales creados por el hombre, lo suficientemente grande como para volver costoso excluir a beneficiarios potenciales”.

La obra principal de esta politóloga nace con el título “Gobierno de los Bienes Comunes”  y se estructura en lo siguiente:

INSTITUCIONALISMO

Es necesario un marco normativo que permita a los individuos valorar sus acciones y las consecuencias derivadas de esto, constituyen la barrera que limita el comportamiento oportunista y son claves para la organización eficiente de los recursos. Partiendo de los tres modelos tradicionales de la acción colectiva que impedían la organización colectiva:

  • Tragedia de los bienes comunes: explotación excesiva de los bienes comunes para maximizar la ganancia, situación que conduce a su degradación, aunque a nadie le convenga. (Hardin)
  • Dilema del Prisionero: Jugadores con información completa sin comunicación entre ellos eligen el resultado de equilibrio, resultado que no es el más beneficioso para ambos.
  • La lógica de la acción colectiva (Olson), en grupos grandes la acción más racional es no participar de la producción, aprovechando la imposibilidad de exclusión de los no cooperantes.

Elinor Ostrom identifica la ausencia de dos factores claves: la ausencia de incentivos para una conducta cooperativa y el interés en la obtención de beneficios inmediatos. Argumenta a favor de la existencia de una diversidad de soluciones para aumentar la eficiencia, los individuos pueden elaborar estrategias de cooperación para compartir los rendimientos sin agotar los recursos teniendo en cuenta los costos de hacer cumplir el acuerdo.

Los dos problemas fundamentales a resolver son:

  • Adecuar la asignación de los recursos, lo que deriva en una reducción de la incertidumbre y el conflicto.
  • Asignación de responsabilidades para construir, restaurar o mantener el sistema de recursos.

Concluye que son los propios interesados los que deben desarrollar las normas institucionales de apropiación y provisión, siendo ellos los que mayor información disponen, excluyendo la intervención de un agente externo ajeno.

 

CASOS DE ESTUDIO

Para apoyar su teoría, la autora utiliza casos reales de gestión de Recursos de Uso Común: instituciones para controlar la irrigación “sistema de canales Benacher y Faitanar” en Valencia, “presa Tibi” en Alicante y las zanjeras de Filipinas, así como otros casos de tenencia comunal en praderas y bosques.

En todos los casos existen cuatro semejanzas básicas:

  • Poblaciones estables
  • Gran desarrollo normativo para garantizar el comportamiento correcto
  • Todos los casos se enfrentan con ambientes inciertos
  • Fortaleza institucional, creando y manteniendo reglas de elección colectiva e institucional.

Ostrom concluye que en todos los casos la supervisión, basada en el sistema de incentivos a los individuos que detectan violaciones del sistema resulta clave para la gestión de los recursos, conduciendo a compromisos creíbles.

Es fundamental en el manejo de los RUC (Recursos de Uso Común) entender que es un modelo complejo, invita a poner atención en un conjunto mayor de variables, dando importancia a los métodos para modificar las instituciones de control que permitan mantener los compromisos contraídos y a cómo realizar la supervisión mutua.

CONCLUSIONES OBTENIDAS

Finalmente concluye su estudio en tres pilares fundamentales:

  • No existe una única y fiable forma de regulación que resulte infalible para solucionar problemas de acción colectiva.
  • Derivado de lo anterior, las leyes y la regulación estatal no son suficientes para gestionar estos recursos.
  • No podemos responsabilizar sólo a los actores locales de la creación de organizaciones eficientes y eficaces, siempre es necesario un marco institucional de control.